Después de días de trabajo de locos, llegó el gran día, fue una boda preciosa, sencilla y muy entrañable, tal como son sus protagonistas. Valieron la pena el trabajo y las horas que dedicamos para que todo saliera como querían sus protagonistas, y nuestro mayor regalo fueron a parte de las felicitaciones por lo bueno que estaba todo, las sonrisas de los protagonistas y el brindis que nos dedicaron. (se me subieron todos los colores!!)
Aquí la tenéis, era enorme aunque así puesta no lo parece!
Tenéis que disculpad la calidad de la fotografía (prometo mejorar) pero cuando las pillas así "al vuelo" sin luces, ni decoración, ni un escenario especifico para lucirse, pues es difícil que queden de catalogo!
El bizcocho aromatizado a la vainilla, el relleno de fresas y la cobertura de nata y mascarpone hacen que sea una tarta delicada y refrescante, cosa que se agradece después de un banquete como el que sirvieron!!
La acompañaron de 12 cupcakes de buttercream de chocolate y 12 de tiramisu (mis preferidos!)
Como la tarta, para 24, pesaba lo suyo tuvimos que hacer una peana consistente que pudiera soportar tanto peso, no tiene mucho misterio hacer peanas, por Internet hay tutoriales geniales, y para darle un toque mas elegante le añadimos flores (gracias Laura!!!!).
La cosa no acaba aquí, también hicimos las galletas para recordatorio de un día tan especial.
Es una tilda personalizada, va peinada y vestida tal y como la novia. Espero que le gustara!
Gracias por acompañarnos en esta primera entrada, os esperamos pronto para que veáis nuestro próximo encargo, unas galletas para bautizo!! No os lo perdáis!
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